Cuando Cecilia Ordóñez emigró de Viña del Mar, Chile, a los 16 años junto a sus padres, nunca imaginó que décadas más tarde se convertiría en la primera de su familia en obtener un título universitario. Mucho menos pensó que sería reconocida con honores por su destacado desempeño académico en la licenciatura de Español, Lengua y Cultura en la Universidad Estatal de California, Northridge (CSUN).
Hoy, a sus 51 años, Cecilia no solo celebra ese logro, sino que también continúa su preparación en el programa de formación docente con especialidad en enseñanza del idioma español. Su meta es clara: convertirse en maestra de español en una preparatoria.
“La edad es solo un número. No se desanimen”, aconseja Ordóñez. “En la vida hay obstáculos, pero también mucha ayuda. Solo hay que saber buscarla y pedirla.”
Al llegar a California, enfrentó uno de los mayores desafíos de su vida: aprender inglés mientras cursaba la preparatoria.
“Llegar a un país con una cultura diferente a la tuya es difícil. Durante dos años tuve que estudiar intensamente tanto en mis clases de inglés como en mis otras materias. Para graduarme en 1992 tuve que pasar el California Exit Exam, donde escribí un ensayo en inglés, y eso me costó mucho porque recién estaba aprendiendo el idioma”, recuerda con una sonrisa nostálgica.
Las tutorías a las que asistió fueron clave para superar esa etapa. Sin embargo, la falta de estatus legal limitó sus oportunidades educativas.
“No podía ir al colegio ni continuar mis estudios”, cuenta Ordóñez.
Ante esa realidad, decidió trabajar: primero en un McDonald’s y luego en otros restaurantes de la zona. En 1995 se casó y, con el tiempo, se convirtió en madre de dos hijas, dedicándose por completo a su familia.

Pasaron casi tres décadas antes de que Cecilia pudiera volver a sentarse en un salón de clases como estudiante. Una vez que sus hijas crecieron y su situación migratoria se regularizó, decidió darse una nueva oportunidad académica.
Su trabajo como asistente de maestro en una escuela secundaria para estudiantes de educación especial reavivó su deseo de estudiar. En 2018 se inscribió en Pierce College, comenzando con solo dos clases presenciales.
“Me costó bastante porque, después de tantos años sin estudiar, lo más difícil fue volver a escribir ensayos, recuperar el hábito de leer y mantener la disciplina”, confiesa.
La pandemia de COVID-19 la obligó a tomar clases en línea, pero no la detuvo. En 2022 logró transferirse finalmente a CSUN.
En 2024, tras dos años de esfuerzo como estudiante de tiempo completo y asistente, Cecilia alcanzó una de las metas más importantes de su vida: obtuvo su licenciatura en Español, Lengua y Cultura, convirtiéndose en la primera de su familia en hacerlo.
“Ver a mis hijas, de 22 y 28 años, y a mi esposo entre el público fue algo inolvidable. Era uno de mis sueños más preciados”, recuerda emocionada.
Paola, su hija mayor, expresa con orgullo:
“Me siento muy orgullosa de llamarla mamá. Estoy feliz por ella porque ha logrado sus metas. Siempre estaré aquí para apoyarla. Mi mamá es un gran ejemplo para mi hermana y para mí, porque nos ha demostrado que nunca es tarde para ir a la escuela.”
Actualmente, Cecilia cursa tres materias en CSUN. Aunque enfrenta desafíos de salud debido a la artritis reumatoide, no ha perdido la motivación.
“Hay que leer mucho en inglés y a veces los textos son muy complejos. Busco el significado de muchas palabras y eso me toma tiempo. A veces es frustrante, pero sé que vale la pena el esfuerzo”, dice con determinación.

Su próximo paso será realizar sus prácticas profesionales en 2026, cuando espera concluir oficialmente el programa docente.
La motivación de Cecilia es contagiosa.
“Nunca es tarde para estudiar”, afirma Ordóñez. “Yo pedí apoyo financiero, solicité becas y me reuní con consejeros académicos. Todo eso me funcionó, y creo que a otros también puede servirles.”
Con una sonrisa llena de gratitud, Cecilia reflexiona sobre su trayecto mientras se sienta en una de las butacas del primer piso de la biblioteca de CSUN.
“Estoy muy agradecida con CSUN por darme la oportunidad de cumplir mis sueños. Todo lo que estoy haciendo es también para dar un buen ejemplo a mis hijas: que todo sacrificio hecho con pasión vale la pena.”
